A veces, lo más difícil no es pedir ayuda, sino reconocer que la necesitamos. Estos son algunos signos que podrían estar indicando que es momento de hablar con un profesional:

• Cambios persistentes en tu estado de ánimo: tristeza, ansiedad, irritabilidad o apatía sin causa aparente.

• Problemas para dormir o descansar correctamente.

• Sensación constante de estar abrumado o sin energía.

• Aislamiento o pérdida de interés por actividades que antes disfrutabas.

• Dificultades en tus relaciones personales.

• Pensamientos intrusivos o sensación de vacío.

Recuerda que pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino un paso valiente hacia tu bienestar.

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